Con el término Generación del 27 se conoce a un conjunto de poetas españoles del siglo XX que se dio a conocer en el panorama cultural alrededor del año 1927,1 empezando con el homenaje a Luis de Góngora organizado por José María Romero Martínez que se realizó en ese año en el Ateneo de Sevilla
por el tercer centenario de su muerte y en el que participó la mayoría
de los que habitualmente se consideran sus miembros. En el ámbito
cultural, se llama a esta generación Edad de Plata, época que tuvo su
máximo esplendor con la Segunda República y culminó con el inicio de la Guerra Civil.
Antecedentes de la Generación del 27
Al grupo literario que sucedió a los modernistas y a la Generación del 98,
que se caracterizaba por su clara orientación europeísta y su
concepción del arte como un área separada de lo social y lo político, se
le denominó Novecentismo o Generación del 14. Estos grupos coinciden temporalmente con los movimientos artísticos llamados Vanguardismo que se desarrollan en Europa a principios del siglo XX, y que rompen tanto con la temática, como en las técnicas expresivas del Romanticismo y Realismo. Los vanguardistas se sienten atraídos por los adelantos tecnológicos y sus posibilidades, dando lugar a la corriente del futurismo, otros exploran la realidad llevándola a su descomposición, como los cubistas; otros sustituyen la realidad por el mundo onírico, como los surrealistas…
Esta coincidencia temporal, y las características del movimiento
vanguardista, hace que los integrantes del grupo novecentista, vean en
ellos la apuesta por un arte producto de un acto lúdico y libre, fruto
de la capacidad intelectual y expresiva del artista, que tanto les
atrae.2 3
Los rasgos fundamentales de este movimiento literario son dos: la
expresión de lo subjetivo, por lo que se caracterizan por el uso de la
metáfora; y la precisión conceptual, que pone de manifiesto la sólida
formación intelectual de los integrantes de este grupo. Dados sus rasgos
fundamentales, no puede extrañar que los géneros literarios más
representativos de estos literatos sean la lírica y el ensayo, que se divulga fundamentalmente a través de periódicos y revistas especializadas (un ejemplo lo constituye la revista sevillana Grecia -fundada por Isaac del Vando-Villar y Adriano del Valle, que funcionó entre 1918-1920-, que en 1919 recibe las colaboraciones de los poetas ultraístas.3 ). A pesar de ello hay algún que otro representante de la novela dentro del novecentismo, que opta por el subjetivismo
y la renovación iniciada por la Generación del 98, manipulando las
situaciones para poder expresar su opinión sobre los más diversos temas.
Historia
En esta situación de continua renovación y cambios sociales y
políticos, empiezan a aparecer jóvenes poetas, ensayistas, novelistas e
incluso escritores de teatro, que tienen características propias
difíciles de encuadrar en los grupos existentes. Pese a ello, existen
relaciones personales entre ellos, que en el caso de los residentes en
la misma zona, les hace tener una conciencia de comunidad unidos por
experiencias comunes y propias.
Todos estos jóvenes literatos, poetas en su mayoría, van a contar,
como la generación anterior, por un lado con una revista excepcional,
que va a permitir abrirse al mundo y recibir al tiempo las novedades del
exterior, la Revista de Occidente de José Ortega y Gasset; y por otro con un punto de encuentro y convivencia: la Residencia de Estudiantes.3 1
De este modo, este grupo de literatos noveles publicaron en las
revistas más importantes del momento, como la mencionada anteriormente
Revista de Occidente, o La Gaceta Literaria (dirigida por Ernesto Giménez Caballero), pero también en otras más como: Litoral (Málaga, 1926, impresa por Manuel Altolaguirre y Emilio Prados); Verso y Prosa (que viene del Suplemento Literario del diario murciano La Verdad -1923 a 1925-, que mantenían el redactor José Ballester Nicolás y Juan Guerrero Ruiz. Murcia, 1927. Dirigida Juan Guerrero Ruiz y Jorge Guillén); Mediodía (Sevilla); Meseta (de Valladolid); Cruz y Raya (dirigida por José Bergamín, Madrid, 1933); Carmen (creada por Gerardo Diego en Santander en el año 1927, que tenía un suplemento festivo llamado Lola); Octubre (revista dirigida por Rafael Alberti) y Caballo Verde para la poesía (Madrid, 1935. Dirigida por Pablo Neruda).
Pese a todo este grupo se caracteriza porque cada uno de sus miembros
posee una personalidad tan acusada que es capaz de transformar las
influencias o lecciones de cualquier modelo en propia sustancia
personalizada totalmente diferente a la de los demás integrantes del
mismo. Por ello no se puede hablar ni de comunidad de estilo ni de
escuela entre ellos. Por eso hay muchos autores que prefieren referirse a
ellos como grupo del 27.
FELICITACIONES, MUY BUEN TRABAJO.
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